Los acusados, que conocerán su sentencia en septiembre, han sido declarados culpables, en conjunto, de más de cien cargos por actos cometidos entre 2011 y 2014.
La fiscalía argumentó durante el proceso que la red identificaba a chicas en entornos vulnerables, que a sus ojos serían menos proclives a denunciar la explotación sexual.
Las víctimas describieron cómo en la fiestas que organizaba el grupo había alcohol y drogas a disposición de los asistentes, que podían consumir libremente mefedrona, un estimulante similar a las anfetaminas.
La investigación de este grupo de 18 personas forma parte de unas pesquisas más amplias denominadas Operación Santuario, que comenzó en diciembre de 2013.
A raíz de la denuncia de una agresión sexual de una joven y la conversación de una trabajadora social con una menor, las fuerzas de seguridad han arrestado en los últimos años a 461 personas relacionadas con casos de explotación en el norte de Inglaterra.
Más de 90 de ellas han sido ya condenadas a cadenas que suman en total más de 300 años de cárcel, mientras que se han identificado hasta ahora a 278 víctimas.
La investigación que llevó a la detención de las 18 personas en Newcastle ha levantado polémica tras conocerse que los agentes pagaron unas 10.000 libras (11.000 euros) a un pedófilo convicto para informar sobre lo que ocurría en las fiestas del grupo.
Ese informante, al que se identificó en el juicio como "XY", recibió el encargo de la policía a pesar de haber sido declarado culpable en el pasado de haber drogado a una menor de edad y haber animado a otro hombre a violarla.
"La difícil decisión moral de utilizar a ese informante se tomó con cautela y poniendo especial atención en el bienestar de las víctimas", señaló a ese respecto la comisaria Vera Baird.
"Tengo la seguridad de que la información que ese hombre proporcionó ha contribuido a la investigación y, por lo tanto, a la condena de estos peligrosos hombres. No podría haber sido obtenida de otra manera", aseguró Baird.