En la carta de invitación dirigida a los líderes de los 27 países de la Unión Europea (salvo el Reino Unido) para la cumbre informal del 3 de febrero en Malta, Tusk advirtió además de que el cambio en Washington "pone a la UE en una situación difícil". La nueva Administración, añadió Tusk, "parece poner en cuestión los últimos setenta años de la política de Exteriores norteamericana". El presidente del Consejo incluye en la misiva una serie de "reflexiones" para preparar la reunión de los líderes y advierte de que "los retos que afronta ahora la UE son más peligrosos que nunca antes desde la firma del Tratado de Roma", hace sesenta años.
La primera amenaza "se relaciona con la nueva situación geopolítica en el mundo y alrededor de Europa", indicó, mencionando en particular a una China "cada vez más asertiva", así como la "agresiva política" de Rusia hacia Ucrania y sus países vecinos y las "guerras, terrorismo y anarquía en Oriente Medio y en África, donde el islamismo radical desempeña un papel central".
Ello, unido a las "preocupantes declaraciones de la Administración norteamericana, hace nuestro futuro altamente impredecible", opinó Tusk. El presidente del Consejo lamentó el creciente antieuropeísmo y mencionó en particular que "el cambio en Washington pone a la UE en una situación difícil". Frente a esos retos, Tusk opinó que la UE debe defender "la dignidad de una Europa unida" en sus contactos con Rusia, China, Estados Unidos o Turquía y tener la valentía de estar "orgullosa de sus logros".
También la UE debe "tener el coraje" de oponerse a "la retórica de los demagogos, que argumentan que la integración europea solo beneficia a las élites", que la gente corriente solo sufre como resultados del proceso y que "a los países les irá mejor solos que juntos", manifestó. La UE debe "adoptar pasos asertivos y espectaculares que cambiarían las emociones colectivas y revivirían la aspiración de llevar la integración europea al siguiente nivel", dijo Tusk.
Con ese objetivo, "debemos restablecer el sentido de la seguridad externa e interna y el bienestar socioeconómico" de los ciudadanos europeos, agregó. El presidente del Consejo hace referencia en la carta también a las relaciones comerciales y considera que la UE debe utilizar el cambio en la estrategia comercial de Estados Unidos en beneficio de Europa, "intensificando las conversaciones con las partes interesadas".
Tusk demandó que la UE no se rinda ante "aquellos que quieren debilitar o invalidar el vínculo transatlántico", sin el que "no podrían sobrevivir el orden y la paz". "Deberíamos recordar a nuestros amigos estadounidenses su propio lema: Unidos nos mantenemos, divididos nos caemos", propuso.