El Hospital Infantil de Texas (EE.UU.) y el Colegio Baylor de Medicina han desarrollado una vacuna contra la Covid-19 libre de patentes y a bajo coste, lo que supone una oportunidad para los países más pobres de aliviar los efectos de la pandemia en sus territorios. en su lucha contra la pandemia. supone un alivio para los países pobres afectados por la pandemia de covid-19.
La microbióloga hondureña María Elena Bottazzi ha explicado a Efe cómo se ha llevado a cabo el proyecto."Hace 10 años recibimos unos fondos para empezar un programa para enfermedades emergentes, enfocándonos en dos coronavirus, primero en el SARS y después el MERS, y esos conocimientos nos han permitido que a partir de 2020 logremos después desarrollar prototipos para la vacuna contra la covid-19".
Publicaciones abiertas
Según ralata Bottazzi, codirectora del Hospital Infantil de Texas y la Escuela Baylor de Medicina, instituciones sin fines de lucro, el modelo de vacunas que impulsan "no patenta porque de esa forma su tecnología puede ser transferida no exclusivamente a solo un grupo, sino a muchas organizaciones de manufactura para que puedan no solo aprender sino también producir y escalar".
Además, "hacemos todo con publicaciones que son abiertas para que también la comunidad científica pueda ver cómo hicimos nuestras ingenierías, cómo se pueden producir y eso es lo que lo hace de una manera un poco más genérica. No se mantiene ningún secreto del proceso y eso se puede replicar en varios lugares alrededor del mundo", subrayó.
Aprobado el uso de emergencia en India
Cerrando 2021 ambas instituciones anunciaron que la Corbevax, una subunidad de proteínas covid-19, cuya tecnología fue creada y diseñada en su Centro para el Desarrollo de Vacunas, había recibido la aprobación para su uso de emergencia en India, para lanzarse en ese país y otros desatendidos a seguir.
"La estamos llamando la vacuna del mundo", señaló Bottazzi al referirse a la Corbevax y su bajo coste, de uno a dos dólares, comparado con el alto de otras de farmacéuticas. La primera alianza que han hecho para que la Corbevax sea producida a gran escala es con la empresa Biological E, de India, con capacidad para poner en el mercado 100 millones de dosis al mes, aunque entre enero y febrero esperan tener 300 millones, y pronto podrían calificar para exportar.
"Al mismo tiempo estamos trabajando con otras organizaciones de manufactura en Indonesia, Bangladesh -que también podrían producir 100 millones de dosis al mes cada país- y otras que quieren establecer capacidad en África", apuntó Bottazzi.
Proyecto para Centroamérica
El proyecto de la vacuna Corbevax tiene como objetivo llegar a la mayor cantidad de países pobres, principalmente de Latinoamérica, la región del mundo con la más alta incidencia de covid-19.
La científica, de nacionalidades hondureña, italiana y estadounidense, también impulsa otros proyectos para crear una capacidad de investigación y desarrollo en Centroamérica y el Caribe, y espera pronto lograr algo concreto desde Panamá.
El proyecto en Centroamérica y el Caribe, según Bottazzi, puede ser posible con la financiación del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros organismos.
En lo que respecta a Honduras, aboga porque haya una mayor conciencia para incentivar la investigación y desarrollo en la UNAH, además de incentivar a las nuevas generaciones y que el Gobierno que asumirá el próximo día 27, con Xiomara Castro como presidenta, "reconozca que hay que invertir en la ciencia y la salud pública".
Las farmacéuticas deberían ser más altruistas
Bottazzi, quien se comenzó a introducir en el campo de la investigación en Honduras, señaló además que en EE.UU. lleva más de 20 años trabajando en el desarrollo de vacunas, y que empezó "con un enfoque muy específico", en desarrollar fármacos para enfermedades tropicales desatendidas, muchas conocidas en Honduras que tienen que ver con lombrices intestinales, el mal de Chagas y la leishmaniasis.
"Muchas de esas vacunas están avanzando, lentamente porque su desarrollo es lento, pero lo es más todavía para este tipo de enfermedades (la covid-19), porque serían para gente obviamente pobre y tendrían que ser de muy bajo costo y accesibles", enfatizó.
La profesional indicó que las multinacionales de la industria farmacéutica tienen ciertos objetivos e incentivos, y recibieron una cantidad enorme de subsidios, tanto de Gobiernos como de países en particular para la producción de vacunas contra la covid-19, por lo que considera que "tendrían que ser un poco más altruistas, ofreciendo un poco de beneficio al mundo, especialmente cuando estamos todavía en una situación de emergencia".
Germán Reyes