"Es cierto que se generaron en 2015 afectaciones en las relaciones de cooperación mutuamente ventajosas existentes con varios países, en particular Venezuela", destacó Castro en su discurso de clausura del pleno de la Asamblea Nacional, el parlamento unicameral del país que se reúne dos veces al año.
No obstante, como ya hizo tras el triunfo de la oposición chavista en las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre, reiteró la solidaridad de Cuba con el gobierno de Nicolás Maduro y pidió defender la soberanía de Venezuela ante "una ofensiva imperialista y oligárquica desestabilizadora".
Desde el año 2000 Cuba y Venezuela tienen un Acuerdo Integral de Cooperación, que abarca todo tipo de sectores, pero que en esencia garantiza a Cuba 100.000 barriles diarios de petróleo; por los que la isla paga en gran medida con los servicios que prestan en ese país miles de médicos, maestros y preparadores físicos cubanos.
Ese intercambio deja un saldo favorable para Cuba de unos 3.500 millones de dólares, lo que representa cerca del 15 % del Producto Interior Bruto de la isla, una aportación que puede disminuir ante la actual situación de Venezuela, afectada por la bajada de los precios del petróleo y por la incertidumbre política.
Por ello, tras confirmar en 2015 un crecimiento económico del 4 %, el presidente Raúl Castro indicó que los pronósticos para 2016 se reducen al 2 %, por la caída de los ingresos en rubros exportables tradicionales por la disminución de sus precios en el mercado mundial, como el níquel".
El presidente cubano señaló que para que la frágil economía cubana siga creciendo "hay que concentrar los recursos en actividades que generan ingresos por exportaciones y sustituyan importaciones", así como hacer "crecer las inversiones del sector productivo y de infraestructura".
Desde 2011, el pequeño de los Castro ha puesto en marcha una serie de reformas para "actualizar" el modelo socialista cubano apoyado en la inversión foránea y el impulso al sector privado; proceso que, según dijo, entra ahora en una "nueva etapa" gracias a una "progresiva recuperación de la credibilidad internacional de la economía".
Sobre este asunto, Castro indicó que Cuba está cumpliendo con sus compromisos sobre el reordenamiento de su deuda externa y recordó que, el pasado 12 de diciembre, alcanzó un acuerdo con los 15 países acreedores del Club de París para reestructurar una deuda de 11.100 millones de dólares en cesación de pagos desde 1986.
Los acreedores condonaron a Cuba 8.500 millones de dólares correspondientes a intereses y la isla se comprometió a pagar los 2.600 millones de dólares adeudados en un plazo de 18 años.
"Este acuerdo facilita el acceso a financiamiento a mediano y largo plazos muy necesarios para la ejecución de inversiones previstas en nuestros planes de desarrollo", indicó.
En su discurso también se refirió a la situación de los más de 8.000 emigrantes cubanos varados desde hace más de un mes en Costa Rica, situación de la que volvió a responsabilizar a EE.UU, ya que sus políticas migratorias como la Ley de Ajuste "siguen siendo el principal estímulo a la emigración irregular".
Insistió en la necesidad de una solución "adecuada" y "rápida" para esas personas, pero no mencionó explícitamente al plan piloto acordado ayer por los países centroamericanos para el traslado humanitario de los emigrantes cubanos, que saldrán la primera semana de enero vía aérea de Costa Rica a El Salvador, desde donde se movilizarán en autobuses hacia México.
En su discurso de cierre del año también se refirió al restablecimiento de vínculos diplomáticos con EE.UU, del que se cumplió un año recientemente, y condicionó una vez más la total normalización de relaciones con ese país al levantamiento del embargo y la devolución de los territorios de la base naval de Guantánamo.
"Lo esencial ahora es que el presidente Barack Obama utilice con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar la aplicación del bloqueo, lo cual dará sentido a lo alcanzado y permitirá que se produzcan sólidos progresos", aseguró Castro.