La cumbre antipederastia entona el 'mea culpa': "Hemos protegido a los culpables y hemos silenciado a las víctimas"
El arzobispo de Ghana en la misa penitencial: "No debemos sorprendernos si la gente habla mal de nosotros".
Los 190 jerarcas de la Iglesia católica que participan en la cumbre antipederastia que se celebra en el Vaticano desde el jueves hasta el domingo convocados por el Papa Francisco han entonado el 'mea culpa' en una liturgia penitencial.
"Confesamos que obispos, sacerdotes, diáconos y religiosos en la Iglesia hemos ocasionado violencia a niños y jóvenes, y que no hemos protegido a quienes más necesitaban de nuestra ayuda. Hemos protegido a los culpables y hemos silenciado a los que han sufrido el mal. Confesamos que no hemos reconocido el sufrimiento de muchas víctimas, ni hemos ofrecido ayuda cuando la necesitaban", reza la petición de perdón que ha leído el cardenal y arzobispo de Wellington (Nueva Zelanda), John Dew.
De este modo, durante la ceremonia, que ha sido presidida por el Papa Francisco, se ha reconocido la culpa de los miembros de la Iglesia en los abusos y se ha pedido perdón a los abusados.
En ese mismo acto, el presidente de la Conferencia Episcopal española, el cardenal Ricardo Blázquez, ha sido el encargado de leer ante todos los asistentes de la cumbre antipederastia la guía para el examen de conciencia sobre su gestión de los abusos a menores sus países.
"¿Qué pasos se han dado en mi país para prevenir nuevas injusticias?, ha inquirido, ¿He hecho lo posible en mi diócesis para llevar justicia y reparación a las víctimas y a los que sufren con ellas?".
Durante la liturgia, la última de las víctimas que ha participado en la cumbre antipederastia ha lanzado un mensaje: "Un abuso, de cualquier tipo, es la mayor humillación que un individuo puede sufrir".
Así, el joven chileno víctima de abusos por parte del clero ha explicado su experiencia durante este acto que concluye los trabajos de debate de la cumbre anti pederastia del Vaticano y ha señalado que "un abuso, de cualquier tipo, es la mayor humillación que un individuo puede sufrir".
"Uno debe enfrentarse al hecho de tener conciencia de no poder defenderse de la fuerza superior del agresor. No se puede escapar de lo que sucede, pero se debe soportar, no importa lo feo que sea", ha señalado este joven de Chile, que ha sido el octavo testimonio que han escuchado los participantes de esta decisiva cita para atajar las agresiones a menores por parte de sacerdotes.
"Desearía que los agresores pudieran entender que son capaces de crear esta división en las víctimas. Por el resto de nuestras vidas", ha agregado ante los presentes en la Sala Regia del Vaticano.
En la misa penitencial que ha seguido a continuación, el Conferencia Episcopal de Ghana (GCBC), el arzobispo de Tamale, Philip Naameh, que ha presidido la ceremonia, ha reconocido que la Iglesia ha "derrochado" la confianza depositada por parte de los fieles en lo que se refiere a la gestión de los abusos sexuales y ha invitado a no sorprenderse ante la desconfianza o las críticas.
"No debemos sorprendernos si sufrimos un destino similar, si la gente habla mal de nosotros, si hay desconfianza hacia nosotros, si algunos amenazan con retirar su apoyo material. No debemos quejarnos de ello, sino preguntarnos qué debemos hacer de forma diferente", ha señalado.
La celebración penitencial ha cerrado los debates de la cumbre antipederastia en la que, durante tres días, 190 participantes entre jerarcas episcopales, líderes religiosos y expertos han discutido sobre cómo la Iglesia católica debe poner fin a los abusos.