Sigue habiendo normalidad y fluidez a los dos lados de la frontera. Lo más llamativo siguen siendo los fuertes controles policiales y las restricciones que provocan las quejas de los comerciantes de la zona.
"Para nosotros, que tenemos un comercio aquí, es nefasto porque nos han fastidiado la segunda quincena de agosto entera, que es la época de más trabajo de todo el año y ya a partir del lunes ya ha dejado de venir la gente, que estamos trabajando a tope y ya no viene ningún cliente, ni los turistas, ni los de aquí", se queja una de las comerciantes.
Lo peor se espera para esta tarde, se prevé que las retenciones vuelvan a ser kilométricas. Anoche se superaron los diez kilómetros.
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