El mexicano José Inés García Zarate, que había sido deportado cinco veces por EEUU, fue hallado no culpable de los cargos de homicidio en primer grado, homicidio en segundo grado y de homicidio involuntario, tras seis días de deliberaciones del jurado, en un caso que generó enormes críticas a las "ciudades santuario".
El hecho y los antecedentes migratorios del mexicano motivaron que el presidente de EEUU, Donald Trump, utilizara electoralmente durante la campaña de las presidenciales de 2016 este caso e insistiera en la necesidad de endurecer las políticas migratorias y reforzar la frontera.