POR POSESIÓN DE ARMAS

Denuncian torturas a un diputado opositor ugandés que espera un juicio militar

Las fuerzas de seguridad ugandesas golpearon y torturaron al popular músico y diputado Robert Kyangulanyi, apodado Bobi Wine, que será juzgado por un tribunal militar por supuesta posesión de armas después de ser detenido el pasado lunes, denunció su esposa tras visitarle en prisión.

ondacero.es

Madrid |

Robert Kyagulanyi, diputado ugandés | Agencias

"Bobi no puede mantenerse de pie. Tiene la cara hinchada, muy deformada. A primera vista, es muy poco probable reconocerle", describe su esposa, Barbara Kyagulanyi Itungo, en una carta hecha pública. En la misiva solicita "asistencia médica urgente" y asegura que el diputado opositor tiene heridas visibles en el cuerpo, sufre sangrados de nariz y oídos y padece dolor en los riñones.

Otro de los diputados detenidos el lunes, Francis Zaake, se encuentra en estado comatoso en un hospital de Kampala, a cuya entrada fue "abandonado" esta madrugada, según su abogado, que afirma que también fue torturado.

Kyagulanyi Itungo asegura que su marido es un "hombre inocente", y considera su detención parte de un montaje militar para silenciar su voz crítica contra el actual Gobierno, en manos del longevo presidente Yoweri Museveni desde hace más de treinta años. "(Bobi) se pregunta por qué está siendo juzgado por un tribunal militar. Pero sabe que es parte del precio que tiene que pagar por aquello en lo que cree. Pide a los ugandeses que se mantengan firmes, incluso frente a tal represión", indica en el texto.

Bobi Wine está acusado de participar en unos enfrentamientos previos a los comicios legislativos celebrados el pasado miércoles en la circunscripción de Arua (noroeste del país) para elegir a un diputado en sustitución del asesinado Ibrahim Abiriga.

El lunes, los enfrentamientos entre seguidores de la oposición y del gobernante Movimiento de Resistencia Nacional (NRM) en Arua terminaron con detenciones de activistas, políticos y periodistas. El chófer de Bobi Wine murió por disparos de la Policía, que asegura que la víctima se encontraba entre un grupo de personas que lanzaron piedras contra el convoy de Museveni.

Según su mujer, el diputado le narró que en el momento de caos se encontraba con unos amigos en un restaurante y que, cuando escuchó los disparos, se escondió en la habitación del hotel, donde fue arrestado horas después por militares. Esta no es la primera vez que el popular político, que no pertenece a ningún partido, sufre represalias por cuestionar las directrices de Museveni.

En agosto de 2017, supuestos seguidores del NRM lanzaron tres granadas contra su vivienda y, hace un mes, tuvo que refugiarse en el Parlamento para no ser detenido tras una manifestación en Kampala, en rechazo a los impuestos al uso de redes sociales y a las transacciones de dinero.