Los doctores pensaron que era neumonía, pero el tratamiento no le hacía efecto. Como no mejoraba le hicieron más pruebas y descubrieron que tenía un hongo en los pulmones.
Lo extraño es que la base del hongo eran unas esporas que habitualmente salen en los zapatos. Los médicos se preguntaron cómo es posible que haya llegado a los pulmones y finalmente, Peng reconoció que tenía una manía llamativa: Cada día, al llegar a casa y antes de echarlos a la lavadora este hombre olía sus calcetines. Un día tras otro. Ahora está en tratamiento y mejorando.