Las autoridades brasileñas han desmontado varios de los campamentos de bolsonaristas radicales en las principales ciudades del país, tras los ataques del domingo en un intento de golpe de Estado. El principal en Brasilia, se ha desmontado de forma pacífica desde primera hora del día con el resultado de 1.200 personas arrestadas.
"Desactivamos el campamento que sirvió como cuartel general de los inaceptables actos antidemocráticos de ayer", ha señalado Ricardo Cappelli, secretario general del Ministerio de Justicia y quien está a cargo de la seguridad de Brasilia hasta fin de mes, por orden del presidente Lula da Silva y no permitirán el regreso de los manifestantes.
No ha sido el único, en al menos otro nueve estados se han desmontado campamentos en acciones pacíficas. Solo se ha registrado incidentes en Belén, capital del estado amazónico de Pará, donde cinco personas fueron arrestadas por poner resistencia.
En la sede del Tribunal Supremo, del Congreso y en el Palacio de Planalto, sede del Gobierno, los radicales causaron cuantiosos daños, destruyeron mobiliario, equipos informáticos y obras de arte colocadas en los despachos.
Confederación Brasileña de Fútbol emite un comunicado
El máximo organismo del fútbol brasileño ha lanzado un comunicado en el que ha incidido en que la elástica 'canarinha' es "símbolo de la alegría" de país y que en todo momento debe usarse para "animar, vibrar, amar a la patria".
"La CBF es una entidad apartidista y democrática y alienta a que la camiseta se use para unir y no para separar a los brasileños. La entidad repudia con vehemencia que nuestra camiseta sea utilizada en actos antidemocráticos y de vandalismo", ha zanjado el organismo.