Según el diario Hürriyet, los arrestados, entre ellos varios menores, pertenecen a tres familias de Asia Central que supuestamente convivían con el atacante en la ciudad de Konya, en el centro de Turquía, y que habían huido de sus hogares tras el atentado. La unidad antiterrorista llevó a cabo una redada en cuatro domicilios de Izmir, y según los servicios de seguridad, la operación continúa.
Otras 16 personas fueron detenidas en Estambul y en Konya entre el 1 y el 3 de enero por su supuesta implicación en el ataque en el selecto club estambulí, que causó 39 muertos y 65 heridos. El agresor, cuya identidad las autoridades afirmaron conocer aunque no divulgaron, sigue prófugo de la Justicia.
Entre los detenidos está la mujer del atacante, que declaró a la Policía no saber que su marido pertenecía a Daesh. Según las investigaciones, el cabecilla de la célula del grupo terrorista que llevó a cabo el ataque estaba en Konya, respondía con el alias de "Yusuf Hoca" y habría organizado el viaje del atacante de Konya a Estambul.
Presuntamente, "Yusuf Hoca" habría enviado al atacante a una casa en el barrio estambulí de Zeytinburnu. Tras el atentado, el fugitivo cambió dos veces de taxi y llegó hasta Zeytinburnu, donde recogió dinero de un restaurante uigur, una etnia de Asia Central. De los 16 detenidos mencionados más arriba, 7 fueron arrestados en ese restaurante uigur.