El ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, se mostró favorable a crear una zona reducida del espacio sin fronteras interiores de Schengen, que incluiría a Alemania, Holanda, Suecia, Austria y Bélgica, como respuesta a la crisis de refugiados.
"Debemos trabajar más de cerca los 28 países de la UE, pero si esto no funciona, debemos trabajar con un grupo más pequeño", señaló Dijsselbloem en declaraciones a varios diarios, entre ellos Financieele Dagblad y De Tijd.
El ministro holandés reconoció que la idea no le gusta y que prefiere evitar llegar a esto, al tiempo que apeló a la solidaridad de los demás Estados miembros. Incidió además en que algunos socios comunitarios dicen que la crisis de refugiados no es problema suyo y subrayó que este comportamiento pone bajo presión la solidaridad entre países. Dijssebloem dijo que si se pone todo el peso de la llegada de refugiados sobre unos pocos países, éstos se verán presionados y cerrarán sus fronteras porque no podrán hacer frente a la situación.
Alemania, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo fueron hace tres décadas los fundadores del llamado 'espacio Schengen', en el que se permite la libre circulación de ciudadanos y al que ahora pertenecen todos los países de la Unión Europea (UE) excepto Reino Unido, Irlanda, Chipre, Bulgaria, Rumanía y Croacia. También son miembros de este espacio cuatro países no comunitarios: Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein. La supervivencia de Schengen ha sido puesta en duda a raíz de la crisis de refugiados que vive Europa.
Los ministros europeos de Justicia e Interior se comprometieron el pasado día 20 a reforzar los controles en las fronteras exteriores del espacio Schengen, también a ciudadanos europeos, y pidieron a la Comisión Europea que revisen las reglas actuales para que este paso sea obligatorio.