Trump firmó el pasado 8 de marzo la ley para imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio, aunque matizó que de la norma quedaban exentos Canadá y México, con quienes actualmente Estados Unidos renegocia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y abrió esa posibilidad a otros países.
"Estos procedimientos permitirán que la Administración afine estos aranceles para asegurar que protejan la seguridad nacional a la vez que minimizan el impacto indebido sobre las industrias estadounidenses", afirmó el secretario de Comercio, Wilbur Ross, en un comunicado.
Está previsto que esos aranceles empiecen a aplicarse a partir del viernes 23 de marzo, dos semanas después de la promulgación por parte de Trump.
El proceso de presentación de solicitudes para lograr la exención tomará hasta 90 días.
La decisión de Washington ha provocado un enorme revuelo internacional ante el temor de que desencadene una guerra comercial.
La Unión Europea (UE) ha criticado estas medidas proteccionistas y asegurado que podría aplicar decisiones similares ante productos estadounidense como respuesta a los aranceles al acero y aluminio.
Poco después de la firma, Trump advirtió a la UE de que se prepare para los aranceles, y señaló que si Bruselas tomara represalias, se ampliarían esos aranceles a otros productos europeos.
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstrom, viaja mañana a Washington para tratar con el secretario de Comercio y otros representantes estadounidenses, la posibilidad de que se apliquen exenciones para el acero y aluminio europeos.