Las autoridades estadounidenses creen que Joaquín y Olvido Guzmán, los hijos del narcotraficante mexicano, conspiraron durante 10 años para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana de México a Estados Unidos.
Su padre, el Chapo Guzmán, fue procesado por el mismo delito y declarado culpable de ocupar un cargo de responsabilidad en el cartel de Sinaloa, una organización criminal dedicada al contrabando de droga, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua.