Así lo explicó hoy la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en su rueda de prensa diaria, tras ser preguntada por unos "incidentes" en la Embajada de Estados Unidos en Cuba ocurridos en 2016, de los que no precisó más detalles.
La portavoz dijo que Estados Unidos "se toma muy seriamente" estos "incidentes", de los que afirmó no conocer "la fuente o la causa", al tiempo que señaló que el asunto está "bajo investigación" y recordó al Gobierno cubano su "obligación" de proteger al personal diplomático.
Estados Unidos investiga estos "incidentes" desde hace meses, pero la portavoz afirmó no conocer "la fuente o la causa" de los mismos ni indicó cuántas personas habrían resultado afectadas. Tampoco precisó cuántos funcionarios estadounidenses dejaron la Embajada de La Habana como consecuencia del suceso o si han sido reemplazados, pero sí aseguró que todos los afectados son personal del Departamento de Estado y no ciudadanos anónimos.
Nauert no explicó en qué consisten la "variedad de síntomas físicos" de los que habló, porque -según precisó- la política del Gobierno de Estados Unidos es no entrar en detalles cuando se trata de asuntos médicos que afectan a sus ciudadanos.
"Alguna de nuestra gente tuvo la opción de dejar Cuba por razones de salud, como resultado de eso le pedimos a dos funcionarios cubanos que dejaran Estados Unidos y lo han hecho, nos tomamos la situación muy seriamente", relató.
Preguntada por qué la expulsión de los funcionarios cubanos se produjo en mayo de este año si los "incidentes" ocurrieron en 2016, la portavoz se limitó a contestar que "toma tiempo" determinar lo ocurrido porque requiere "exámenes médicos".