Las nuevas medidas, que podrían ser aprobadas esta semana, tendrán como objetivo impedir la entrada de los altos cargos en Estados Unidos, así como prohibir cualquier tipo de relación comercial entre los funcionarios sancionados y ciudadanos estadounidenses.
El 26 de julio Washington anunció la imposición de sanciones contra 13 altos cargos de Venezuela, entre ellos miembros del Gobierno y de los principales cuerpos de seguridad, en un intento por aumentar la presión sobre el Ejecutivo de Maduro y conseguir que renunciara a la Constituyente.
La Casa Blanca no ha descartado la posibilidad de imponer sanciones contra el sector petrolero venezolano en el futuro. "Queremos hacer más si las acciones de Maduro continúan en esta línea, pero no vamos a hacerlo todo de una sola vez", ha indicado un miembro de la Casa Blanca.
La Administración Trump ha reiterado que la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro es una herramienta del presidente venezolano para cimentar la dictadura en el país.
A finales de julio, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven T. Mnuchin, advirtió de que las personas que salieran elegidas para la Constituyente también "podrían exponerse a sanciones", ya que estaría contribuyendo a la erosión del proceso democrático y de las instituciones.