Tras la lectura de la sentencia por parte de un juez, un policía ha disparado en cuatro ocasiones contra Muhammad al Maghrabi, de 41 años, con un fusil de asalto. La ejecución ha tenido lugar en la plaza Tahrir de Saná.
La edad de la víctima, Rana al Matari, ha contribuido al elevado número de asistentes, e incluso parte del público ha observado la aplicación de la pena desde tejados o postes eléctricos.
La seguridad también se ha hecho especialmente patente, ante el temor de que miembros de una tribu vinculada con la víctima pudiesen cometer ataques de venganza. El vehículo que trasladó a Al Maghrabi hasta la plaza donde ha sido ejecutado llegó escoltado por otros cinco.
El padre de la niña, Yahya al Matari, ha declarado ante los periodistas que, con la ejecución, se sentía como si hubiese vuelto a nacer y "aliviado". "Es el primer día de mi vida", ha asegurado.