La primera ministra británica, Theresa May, comunicó anoche al país que el Gobierno había decidido situar en "crítico" el nivel de amenaza, lo que supone que un atentado puede ser "inminente". La medida fue tomada tras el ataque del lunes junto al estadio Manchester Arena, en el que 22 personas, muchas de ellas niños, perdieron la vida y 59 resultaron heridas.