La medida se adopta para impedir la adquisición de armas militares de asalto, como las utilizadas por el australiano Brenton Tarrent, que además las modificó para que fueran aún más letales.
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha explicado que se invita a los ciudadanos a entregar las armas que posean a las fuerzas de seguridad.
"En 10 días, después de este horrible acto de terrorismo, habremos anunciado las reformas que creo que harán más seguras nuestras comunidades. Pueden entregar sus armas a la Policía en cualquier momento. De hecho, he visto informes de que hay gente que ya lo está haciendo. Aplaudo este esfuerzo", ha dicho.
En paralelo, la Policía del Estado australiano de Nueva Gales del Sur ha llevado a cabo registros domiciliarios para buscar alguna conexión con la masacre en dos mezquitas de Nueva Zelanda.