Aunque la mayoría de los estadounidenses cree que hubo injerencia rusa en las elecciones de 2016, el informe del fiscal Müller -que exculpa a Donald Trump- aconsejaba a los demócratas un cambio de estrategia en su marcaje al presidente.
El nuevo camino a seguir se lo ha marcado el Departamento de Justicia, que ha decidido apoyar al juez que declaró inconstitucional la reforma sanitaria de Obama. El "Obamacare" y el desprecio de Trump por la salud de los ciudadanos vuelven al centro de la batalla política en EEUU.
Decididos a superar el chasco de que el fiscal no les haya entregado la cabeza de Donald Trump al no encontrar que su campaña electoral cooperó con Rusia, el Partido Demócrata ha encontrado una salida airosa y que cuenta con el apoyo de los estadounidenses: defender la ley sanitaria de Barack Obama que la Administración Trump quiere destruir por completo.
El Departamento de Justicia ha solicitado a los tribunales acabar en su totalidad con la Ley de Sanidad que tanto enfurece al presidente, lo que supone que 28 millones de norteamericanos se quedarán sin seguros médicos, y las aseguradoras podrán negar cobertura a más de 130 millones de personas que tienen enfermedades de tratamiento muy caro, como advirtió el líder del Partido Demócrata en el Senado.
"Qué Dios ayude a las clases medias porque el presidente Donald Trump quiere subirles las medicinas, quitarles las protecciones de sus enfermedades de larga duración y dejar a millones sin seguro".
Los demócratas han decidido que es mejor hablar de Sanidad que de Müller, aunque siguen pidiendo que el informe del fiscal se haga público en su totalidad la próxima semana porque sospechan que el Departamento de Justicia ha dejado escapar fácilmente a Trump del delito de obstrucción a la Justicia.