El Papa, en el sexto aniversario de su primer viaje como Pontífice -que fue en Lampedusa-, ha dedicado una misa en el Vaticano en la que da las gracias a los que ayudan a los migrantes, que "no son sólo migrantes, sino personas humanas y el símbolo de los descartados por la sociedad globalizada".
En presencia de 250 migrantes, el Pontífice apela a no dejar atrás a los últimos y agradece a todos aquellos que trabajan por la humanidad y solidaridad.
Todo esto coincide en un fin de semana intenso en Lampedusa, lugar donde la ONG Mediterránea atracó sin permiso en el puerto de la isla con tal de llevar a salvo a las 42 personas que tenía a bordo, arriesgándose al secuestro de la embarcación.
Así, el poder del ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se ve debilitado.