Las elecciones locales celebradas este jueves han dejado mal parado al Partido Conservador, que ha perdido bastiones clave frente al Partido Laborista. Pese a esto el líder de la oposición, Keir Stamer, no ha logrado la tan ansiada victoria global, que lo hubiera colocado como alternativa ante el actual primer ministro Boris Johnson.
Los laboristas han logrado el control de Wandsworth, Barnet, Southampton y dos bastiones más. Los resultados comienzan a mostrar la subida de apoyos a los laboristas, mientras que los 'tories' continúan descendiendo progresivamente.
El Partido Liberal Demócrata ha mejorado sus datos, privando a los laboristas de la consolidación de su puesto como alternativa al gobierno actual. Los Verdes también han logrado aumentar votantes.
Starmer ha celebrado en Barnet, municipio al norte de Londres, el "punto de inflexión" que han sido estas elecciones, recordando la gran perdida de apoyo en las generales del 2019; En la comparecencia ha pregonado que el "Reino Unido se merece algo mejor".
Por otro lado, el presidente del Partido Conservador Oliver Dowden, ha reconocido a Sky News que han obtenido "resultados difíciles", pero que esto no quiere decir que los laboristas estén logrando "el camino hacia el poder".
Las fiestas en Downing Street
Líderes como Carlisle John Mallison afirma que existe un problema de integridad, que impide que los ciudadanos confíen en el primer ministro. Opina que las fiestas que se llevaron a cabo en Downing Street en plena pandemia, han hecho que se dude de la veracidad de las palabras de Boris Johnson.
Ravi Govindia, líder saliente de Wandsworth asume que los problemas a los que se ha enfrentado Johnson le han costado votos, ya que han empeorado la valoración de la ciudadanía de su municipio hacia el partido 'tory'.
Este jueves también se celebraron elecciones en Gales, Escocia e Irlanda del Norte, donde el recuento de votos avanza muy lentamente. Los sondeos realizados en Irlanda del Norte situaban a Sinn Féin, del partido unionista, como favorito. Estas elecciones pueden marcar un antes y después en la historia de la región, que proclamaría como ganador al unionismo protestante.