Para ello ha puesto un anuncio a través de un portal inmobiliario ruso online y en él especifica que el pueblo cuenta con líneas eléctricas y de teléfono, además de cañerías de agua y un depósito de 300 metros cúbicos.
Dispone de un complejo agropecuario, una granja de gansos y silo para cereales. Y añade que es un excelente lugar para la caza y la pesca y en el paquete en venta incluye las 45 casas de los habitantes.
¿El precio? 20 millones de rublos… Algo menos de 300.000 euros. Por supuesto el anuncio ha causado la mayor de las incertidumbres entre los vecinos, que no saben si el nuevo propietario les va a echar o no.
Preguntado el vendedor, no creas que parece preocuparle mucho. Ante las respuestas de los periodistas, responde que los aldeanos viven allí, pero son libres. Su futuro, afirma, depende de quien compre el pueblo. Él manda. Que compre, asegura, y después que haga lo que quiera.
La administración local ha tomado cartas en el asunto y está investigando si las leyes actuales permiten la venta de una aldea con sus habitantes. Tienen sospechas de que no, para alivio de los vecinos.