En un discurso ante sus seguidores en la ciudad de Kocaeli, al peste de Turquía, Erdogan dudó que se puedan normalizar pronto las relaciones entre ambos países, ambos miembros de la OTAN.
"¿Qué queréis arreglar? Vamos a ver, todavía no habéis pagado el precio. Antes tendréis que pagar la factura", señaló el presidente turco, impulsor una reforma constitucional para crear un sistema presidencialista de Gobierno en el país.
Según Erdogan, Holanda "no se comportó como un Estado de derecho, miembro de la Unión Europea (UE), sino como una república bananera".
Se refería a la decisión del Gobierno holandés se prohibir el aterrizaje del avión con el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, y luego la expulsión de la ministra de Familias y Asuntos Sociales, Fatma Betül Sayan Kaya.
Ambos querían hablar en el recinto del consulado turco en Rotterdam ante un grupo de turcos residentes en Holanda, lo que el Gobierno neerlandés prohibió por "razones de seguridad".
El primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, quien enfrenta este miércoles elecciones generales, dijo ante la prensa que desea reducir la tensión con Turquía aunque no se disculpó explícitamente por lo sucedido.
"Queremos desacelerar, pero si los turcos insisten en escalar (la tensión diplomática), responderemos con las medidas adecuadas", advirtió Rutte.
"Si sacrifica su relación con Turquía por las elecciones (del 15 de marzo), va a pagar el precio", le respondió Erdogan.
"Occidente ha mostrado su cara verdadera. Pensaba que el nazismo ha terminado pero me equivoqué. De hecho el nazismo está volviendo en Occidente", concluyó el presidente turco, quien acusó esta semana también a Alemania de ser nazi por una prohibición similar de un mitin de un ministro turco en ese país.
Erdogan y el gobernante partido de Justicia y Desarrollo (AKP) promueven un cambio constitucional en Turquía para crear un sistema presidencialista de Gobierno, sobre el que se celebrará un referéndum el próximo 16 de abril.