Belén Gómez del Pino | Rubén Bartolomé
Madrid |
Porque quienes lo construyeron cometieron un error en el diseño del sistema de saneamiento. En realidad, lo que hicieron, fue adaptar el sistema de inodoros de los aviones comerciales pero aumentando su escala para permitir que fuera usado por las más de 4000 personas que forman su tripulación.
¿Cuál es el problema? Que las tuberías son demasiado estrechas y cuando son muchos los usuarios que descargan el inodoro a la vez, el sistema de succión se avería. Ocurre, sobre todo por las mañanas.
La única solución, por el momento, es una limpieza periódica con ácido que supone un desembolso periódico de unos 400.000 dólares.
El problema ha sido detectado en una auditoría efectuada por la Armada y en realidad no es el único fallo del USS Gerald Ford. Ya en su fase final de construcción se dieron cuenta de que el tamaño de los ascensores no era suficiente como para trasladar mercancía, de forma que la tripulación se ve obligada a cargar las provisiones con una carretilla. Las puertas del ascensor son tan pequeñas que los marineros (de estatura media) se chocan contra el techo al entrar y salir.
Eso respecto a la vida rutinaria. En el aspecto militar los diseñadores tampoco salen bien parados. Hay problemas en las catapultas, los sistemas de aterrizajes de aviones, y también en los radares, lo que provoca que, según los expertos, el buque sólo tenga una probabilidad del 70% de completar un solo día de operaciones sin sufrir una avería grave.