El FBI ha desmantelado un presunto complot para asesinar a Donald Trump, según un informe judicial. Tres personas han sido acusadas en conexión con este plan, el cual presuntamente fue orquestado por autoridades iraníes a través de agentes en los Estados Unidos.
Entre los acusados se encuentra Farhad Shakeri, identificado como un operativo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés). Según el informe, Shakeri comenzó a planificar el asesinato de Trump en septiembre, a medida que el expresidente continuaba su campaña para un segundo mandato en las elecciones. El documento judicial revela que Shakeri recibió instrucciones directas de sus contactos en el IRGC para llevar a cabo el asesinato antes de una fecha límite fijada para el 7 de octubre, aniversario de un ataque de Hamas en Israel.
Otros dos individuos han sido detenidos en Nueva York en relación con este complot: Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt. Ambos habrían sido contratados por Shakeri para colaborar en la red de conspiración y asistir en la ejecución del atentado. Estos dos individuos, según las autoridades, actuaron como colaboradores locales en la trama organizada por el agente iraní y recibieron pagos y órdenes para ejecutar los asesinatos.
El intento de asesinato de Trump fue supuestamente pausado cuando Shakeri no logró desarrollar un plan efectivo antes de la fecha límite. De acuerdo con el testimonio de un agente del FBI incluido en la denuncia, Shakeri confesó que sus supervisores en el IRGC consideraron posponer la operación bajo la presunción de que sería más sencillo asesinar a Trump en caso de que perdiera las elecciones, ya que, según ellos, una derrota lo dejaría vulnerable.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, ha señalado que "pocos actores en el mundo representan una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como lo hace Irán".
Acusaciones formales y posibles sentencias
Los cargos presentados contra Shakeri, Rivera y Loadholt incluyen intento de asesinato, conspiración para cometer asesinato y blanqueo de capitales. Cada uno de estos delitos podría resultar en sentencias de hasta 40 años de prisión. Además, Shakeri enfrenta acusaciones adicionales relacionadas con el terrorismo y la violación de leyes de sanciones impuestas a Irán, lo que podría aumentar su posible condena a 60 años de cárcel.