Las exportaciones de gas ruso a través de los históricos gasoductos soviéticos que cruzan Ucrania han cesado desde este 1 de enero, poniendo punto final a décadas de dominio energético de Moscú sobre el mercado europeo.
El flujo de gas, que había continuado a pesar de casi tres años de guerra, ha terminado las 05:00 GMT, según la empresa rusa Gazprom, tras la negativa de Ucrania a renovar el acuerdo de tránsito.
Impacto en Europa y alternativas
Los últimos compradores de gas ruso en la UE, como Eslovaquia y Austria, ya han asegurado suministros alternativos. Por otro lado, Hungría seguirá recibiendo gas ruso a través del gasoducto TurkStream, que cruza el Mar Negro.
Sin embargo, en Transnistria, una región separatista prorrusa en Moldavia, dependiente de estos flujos de tránsito, se han cortado los suministros de calefacción y agua caliente a los hogares.
La Comisión Europea ha asegurado que el bloque estaba preparado para este corte. “La infraestructura europea de gas es lo suficientemente flexible para proveer gas de origen no ruso”, aseguran y ponen en valor las capacidades de importación de gas natural licuado (GNL) desarrolladas desde 2022.
Una dependencia que se desvanece
Durante medio siglo, Rusia y la Unión Soviética mantuvieron una participación importante en el mercado europeo del gas, que alcanzó un máximo del 35%. Sin embargo, desde el inicio de la guerra en Ucrania, la UE ha reducido drásticamente su dependencia de la energía rusa, adquiriendo más gas de Noruega, Catar y Estados Unidos.
El ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko, calificó el corte de tránsito como un hito histórico. “Hemos detenido el tránsito de gas ruso. Rusia está perdiendo sus mercados y sufrirá pérdidas financieras significativas”, afirmó en un comunicado.
Consecuencias económicas para Ucrania y Rusia
Ucrania perderá hasta 1.000 millones de dólares al año en tarifas de tránsito, lo que la ha llevado a cuadruplicar las tarifas de transmisión de gas para los consumidores domésticos desde este 1 de enero. E
Por su parte, Gazprom estima pérdidas de cerca de 5.000 millones de dólares en ventas de gas. La empresa ya había detenido el suministro a la austriaca OMV en noviembre por una disputa contractual, aunque en semanas recientes el gas ruso seguía llegando a Austria desde Eslovaquia.