El estado de Florida ha ejecutado este jueves a Jerry Correll, acusado de asesinar a puñaladas en el año 1986 a cuatro miembros de su familia, entre los que se encontraba su hija de cinco años de edad, en unos hechos que tuvieron lugar en la ciudad de Orlando.
La ejecución se produjo después de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazase un último recurso de los abogados de Correll, que decían que tener a un preso en el corredor de la muerte durante 30 años constituye "un castigo cruel e inusual", tal y como ha informado el diario estadounidense 'Miami Herald'.
Correll, de 59 años de edad, fue declarado culpable del asesinato a cuchilladas de su exesposa, su suegra, su cuñada y su hija. Las autoridades han confirmado en la tarde de este jueves su muerte, después de que le fuese administrada la inyección letal.
La ejecución de Correll es la número 22 desde que Rick Scott asumiese el cargo de gobernador de Florida en 2011. Se trata de la cifra más alta a partir de que la pena de muerte fuese reinstalada en Florida en 1976. Jeb Bush ordenó 21 ejecuciones en sus ocho años al frente del Gobierno estatal y Charlie Crist ordenó cinco.