En declaraciones a Efe, las fuentes, que prefirieron mantener el anonimato, insistieron en la necesidad de esperar a los resultados de los análisis forenses de los restos humanos de los pasajeros de la aeronave.
Asimismo, explicaron que los fragmentos fueron trasladados ayer al servicio forense, y que se les tomarán muestras de ADN para compararlos con familiares de las víctimas.
El jefe del Departamento de Medicina Forense de Egipto, Hisham Abdelhamid, negó, por su parte, las informaciones filtradas por su departamento a varios medios que apuntaban que el reducido tamaño de los restos encontrados podría ser un indicativo de que se había producido una explosión en la cabina del Airbus A320, que hacía el trayecto París-El Cairo.
En un comunicado, citado por la agencia estatal MENA, Abdelhamid subrayó que "todo lo que se ha difundido sobre ese asunto es algo infundado y simples suposiciones de las que ni el Servicio Forense ni ninguno de sus médicos han sido responsables".
Por ello, pidió a todos los medios de información "tener cautela a la hora de difundir asuntos que el Servicio Forense estudia porque generan confusión en la opinión pública, propagan rumores falsos y dañan el interés supremo y la seguridad nacional del Estado".
Además, esos medios pueden ser sometidos a medidas legales, advirtió Abdelhamid en la nota.
Un total de 66 personas, entre pasajeros y miembros de la tripulación, fallecieron al precipitarse la aeronave en la madrugada del jueves pasado al mar Mediterráneo.
La mayor parte de las víctimas, 30 personas, eran egipcias, además de 15 ciudadanos franceses y otros de varias nacionalidades.
Ningún grupo terrorista se ha atribuido la responsabilidad de lo sucedido al Airbus A320, que desapareció de los radares cuando ya llevaba entre 10 y 15 millas en el espacio aéreo egipcio y perdió altitud a gran velocidad efectuando dos giros bruscos antes de estrellarse en el mar.