El primer análisis de la mayor parte de los restos del globo chino recuperado por el Pentágono de las aguas del Atlántico ha demostrado que no era un aparato meteorológico. Hasta ahora, esta era la versión de Pekín, que sostenía que se trataba de un globo con fines meteorológicos.
Así, como defendía Washington, el globo contaba en su interior con sensores para grabar comunicaciones, potentes cámaras y antenas muy sofisticadas para localizar señales geoestacionarias.
Este jueves, un portavoz del Departamento de Estado de EEUU ha compartido con los medios de comunicación los detalles del globo derribado en las costas de Carolina del Sur y que forma parte de un programa del ejército chino para espiar a unas 40 naciones, incluidos miembros de la OTAN, Estados Unidos, Japón, Vietnam, Taiwán o Filipinas.
Los objetivos de dicho programa son instalaciones militares de interés para China en caso de que algún día entre en conflicto con las naciones espiadas.
