Los colegios y universidades de la región de Bruselas y el Metro de la capital belga permanecerán cerrados al menos este lunes, por temor a que varios individuos lleven a cabo una cadena de atentados similar a los que dejaron al menos 130 muertos el 13 de noviembre en París, ha anunciado el primer ministro de Bélgica, Charles Michel. "Tememos ataques similares a los de París, con varios individuos que lancen varios ataques contra objetivos potenciales que pensamos pueden ser centros o vías comerciales, transportes públicos y lugares muy concurridos", ha explicado Michel en una rueda de prensa al término del Consejo Nacional de Seguridad.
Tras evaluar la situación de riesgo, las autoridades han decidido mantener el nivel de alerta máximo (4) en la región de Bruselas y mantenerlo en nivel 3 en el resto del país. El órgano de evaluación del riesgo (OCAM, por sus siglas en francés) reevaluará la situación en la tarde de este lunes y el gabinete de crisis decidirá después si mantiene o modifica las medidas de seguridad adoptadas hasta la fecha.
El cierre de los centros educativos afecta a colegios, escuelas de estudios superiores y universidades, pero no a las guarderías, cuya actividad se decidirá "caso por caso", ha dicho el primer ministro, que ha llamado a "la prudencia y la vigilancia". Finalmente, las distintas comunas (distritos con ayuntamiento propio) que forman Bruselas han decidido que las guarderías tampoco abrirán sus puertas este lunes. El Gobierno es consciente de que las medidas decididas van a "complicar la vida económica y profesional" de Bruselas, pero considera que es necesario mantener el nivel de alerta, ha añadido Michel.
Además de las medidas adicionales anunciadas, el Gobierno ha decidido mantener el fuerte despliegue de fuerzas policiales y militares en la ciudad, en especial en lugares considerados "sensibles". El metro de Bruselas ha permanecido cerrado durante todo el fin de semana, después de que el nivel de amenaza terrorista se elevara al máximo en la noche del viernes, aunque el tráfico de autobuses y de tranvías en superficie se ha mantenido casi con normalidad.
Los museos, cines y centros culturales también permanecen cerrados desde el viernes, en una ciudad casi desierta en la que la mayoría de sus habitantes ha evitado hacer vida en la calle. Las autoridades, además, no decretaron pero sí recomendaron el cierre de restaurantes, bares y otros lugares de ocio dados a aglomeraciones. La noche del sábado los lugares habitualmente más frecuentados aparecían desiertos, aunque en la mañana del domingo la mayoría de tiendas y restaurantes turísticos del centro reabrieron.
Las instituciones europeas, por su parte, han indicado que están en permanente contacto con las autoridades del país y que han adaptado las medidas de seguridad de sus edificios en Bruselas, pero no prevén cerrar sus instalaciones este lunes. De hecho está previsto que el Consejo acoja una reunión de ministros de Educación y otra de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) y no hay indicios de que vayan a ser suspendidas, según han señalado fuentes europeas.
Parte del personal de la OTAN trabajará desde casa
La OTAN, cuya sede se encuentra en Bruselas, permanecerá abierta, pero parte del personal trabajará desde casa y se han cancelado visitas externas y de grupos de visitantes ante el máximo nivel de amenaza terrorista. Una fuente de la Alianza indicó que el nivel de alerta en la sede de la OTAN se elevó inmediatamente después de los atentados en París, y el sábado se recomendó al personal que no utilice el transporte público y evite grandes aglomeraciones.
Dado que el Gobierno belga de Charles Michel decidió mantener el máximo estado de alerta para este lunes por tercer día consecutivo, la OTAN ha pedido a algunos del personal de la OTAN que trabajen desde casa y se han cancelado las visitas externas y de grupos de visitantes", indicó la fuente. "Permanecemos vigilantes y estamos tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de nuestro personal y de nuestras instalaciones", aseguró la fuente de la OTAN.
Medidas con un impacto inmediato en la vida de los belgas
La alerta por riesgo "grave e inminente" de atentados terroristas y la instauración de "medidas excepcionales" que se sintieron en cada rincón de Bruselas, tuvo un impacto inmediato en los habitantes, que de repente no pudieron seguir su vida normal como ir a la piscina del barrio o jugar al fútbol, hacer compras en un centro comercial o ir al cine o a un concierto por la noche.
Mientras algunos belgas se muestran comprensivos con las medidas de seguridad tomadas, otros ya se empiezan a preguntar si este lunes podrán ir en metro al trabajo, si abrirán los colegios y hasta cuándo tendrán que restringir sus hábitos.
El teléfono de emergencias habilitado el sábado por el Centro de Crisis recibió el primer día 400 llamadas por hora, en su mayoría de tipo práctico, por parte de personas que querían saber si tal o cual evento iba a tener lugar o si era seguro ir a un sitio determinado. El Órgano de Coordinación para el Análisis de Amenazas (Ocam) emitirá esta tarde una nueva evaluación del nivel de amenaza, sobre la base de los últimos elementos de que disponga. La voluntad política es que la ciudad pueda funcionar con mayor normalidad a partir del lunes, incluso si se mantiene la alerta 4.