El gobierno de Vladimir Putin en Rusia podría tener fecha de caducidad. La empresa Dragonfly, cuyos analistas predijeron en su día la invasión de Ucrania, cuentan ahora que el núcleo duro del líder ruso podría derrocar a Putin si las sanciones de Occidente siguen aumentando.
"Es muy probable que el presidente Vladimir Putin no esté en el puesto que ocupa en los próximos dos años", afirma un documento de esta empresa. La crisis financiera que está sufriendo Rusia después de las sanciones impuestas por la UE, Estados Unidos y Reino Unido sería el principal problema para que el Kremlin le sustituyera.
Según Dragonfly, el liderazgo de Putin está en manos de algunos de sus aliados más cercanos como son Sergei Shoigu, ministro de Defensa, Sergei Naryshkin, jefe del servicio de inteligencia exterior, Sergei Chemezov, jefe de Rostec, Nikolai Patrushev, jefe del Consejo de Seguridad ruso, Alexander Bortnikov, ex jefe del servicio de seguridad interna del FSB, y el oligarca Igor Sechin.
Los informes de esta empresa descartan un golpe militar e indican que alegarán que el presidente Putin "está enfermo o que tiene que renunciar por otras razones, como familiares, etc.".
Dudas sobre su estado de salud
El estado de salud del presidente ruso, Vladimir Putin, es un incógnita. Las especulaciones son cada vez mayores, especialmente tras una información revelada por Proekt, un medio de comunicación ruso independiente al Gobierno. Según este medio, Putin podría padecer cáncer de tiroides y Párkinson.
Proekt cuenta que en los últimos cuatro años ha recibido hasta 35 visitas de personal sanitario en su casa del Mar Negro y aporta documentos que acreditan las visitas de dos otorrinolaringólogos y un cirujano.
El Kremlin ha salido rápidamente a desmentir estas informaciones afirmando que el estado de salud de Putin es "excelente".