OFENSIVA DE RUSIA EN UCRANIA

La guerra, un año después: así ha cambiado Ucrania tras la invasión de Rusia

Se cumple un año de uno de los conflictos más cruentos en Europa desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial: la invasión de Ucrania bajo el mando de Putin, el 24 de febrero de 2022. Un año en que la guerra ha sufrido una notable evolución.

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Miriam Méndez

Madrid | 24.02.2023 08:46 (Publicado 24.02.2023 06:06)

La guerra, un año después: así ha cambiado Ucrania tras la invasión de Rusia
La guerra, un año después: así ha cambiado Ucrania tras la invasión de Rusia | Getty Images

La ofensiva de Moscú contra el país vecino, tras el reconocimiento de las regiones de Donetsk y Lugansk, choca con la resistencia de Kiev.

Durante los últimos meses, las Fuerzas Armadas ucranianas han conseguido repeler los avances de Rusia e, incluso, recuperar territorios en varias regiones del este y del sur del país.

Hoy, la invasión rusa en Ucrania cumple 365 días y no hay indicios fehacientes de que el conflicto vaya a acabar a corto plazo.

La ofensiva, que recibió el nombre de "operación militar especial" por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, fue planificada como una guerra relámpago, que perseguía el objetivo de tomar la totalidad del Donbás y avanzar hacia la capital, Kiev, en unos pocos días para sacar del poder al mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski.

El conflicto comenzó con una invasión a gran escala por mar, aire y tierra. En consecuencia, más de una decena de ciudades, incluidos los alrededores de la capital ucraniana, fueron atacadas. Todo ello, con un desembarco en la ciudad de Odesa y con las tropas rusas cruzando la frontera a través de varios puntos. De la misma manera, estas tropas reforzaron sus posiciones en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.

De hecho, su independencia fue reconocida por Putin días antes del inicio de la ofensiva.

Sin embargo, para sorpresa del presidente ruso, la respuesta militar de Ucrania y el apoyo entregado a Kiev por parte de sus aliados occidentales, ha frustrado las expectativas de la cúpula rusa, que ha visto cómo su equipo ha sufrido grandes bajas.

Ucrania, bajo la sombra de la guerra

Antes de que las explosiones alterasen la vida de los ucranianos, el gran país de Europa del Este vivía la siguiente situación:

Rusia había anexionado la región de Crimea desde 2014 y controlaba el territorio separatista de Donetsk en el este de Ucrania. Sin embargo, 365 días después, la guerra ha cambiado por completo el país.

Tras un rápido avance de las tropas rusas, entrando en ciudades como Járkiv, Mykolaiv o Zaporiyia, el Ejército ucraniano se armó e inició una fuerte contraofensiva, logrando recuperar ciudades clave como Jersón. En consecuencia, el Ejército ruso se atrincheró al lado este del río Dnieper.

De esta manera, el frente de guerra se extiende desde la desembocadura del río en el sur, hasta el norte de la provincia de Lugansk. Precisamente, es en esta ciudad donde ahora se suceden los combates, intensificándose, sobre todo, en zonas estratégicas como Bajmut y Valadhar.

El pronóstico para las próximas semanas cada vez es más claro: endurecimiento del conflicto y una posible gran ofensiva rusa en primavera.

Víctimas de la guerra en Ucrania

De acuerdo con los datos aportados por la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, desde el 24 de febrero de 2022 han fallecido en Ucrania 7.110 civiles y otros 11.547 han resultado heridos.

Con esta cifra, más de 170 personas han fallecido desde el comienzo de 2023 hasta la actualidad, mientras que 506 han sido heridas en este mismo periodo.

La mayoría de estas víctimas se concentran en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, en gran parte ocupadas por Rusia. De hecho, en este territorio los fallecidos y los heridos están a punto de pasar la barrera de las 10.000 personas. Según informó la ONU a comienzos de 2023, 2.819 de los civiles fallecidos hasta ahora en la guerra eran hombres, 1.905 eran mujeres, 225, niños y 180 niñas.

De la misma manera, la Organización de las Naciones Unidas declaró que los ataques de artillería pesada y los bombardeos se engloban dentro del 95 % de los ataques con víctimas, mientras que el resto ocurrieron con minas antipersona y otros artefactos explosivos similares.

Más de 7.9 millones de refugiados

Según los últimos datos emitidos por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), La guerra en Ucrania ha obligado a más de 7,9 millones de refugiados a salir del país y buscar protección en otros estados europeos. De todos ellos, cuentan con protección temporal o un status parecido en los lugares de acogida.

También, según la última estimación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hay unos 5.9 millones de desplazados internos. Se trata de personas que han abandonado sus hogares y que ahora viven en otros puntos de Ucrania. Desde 2014, ya se habían producido 800.000 desplazamientos en el interior.

Según cuenta ACNUR, el país que, actualmente, acoge a mayor número de refugiados es Rusia (2.8 millones), seguido de Polonia, con 1,5 millones y de Alemania, con un millón.

A estos países les siguen la República Checa, Italia, España y Reino Unido, mientras que, según recoge el portal, países como Rumanía, Eslovaquia y Moldavia han registrado muchas entradas de refugiados al ser estados limítrofes con Ucrania, pero han sido en algunos casos países de paso hacia otros.

Por su parte, Hungría ha acogido a más de 1,8 millones de personas, pero actualmente solo acoge a 33.000.

En el caso de España, el país ha acogido a casi 170.000 refugiados, de los que 13.695 han encontrado un empleo, es decir, apenas uno de cada 10. Además, se calcula que el 15% ha acabado regresando a España.

La mayoría de los ucranianos acogidos en nuestro país están en Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía, el 63% son mujeres y son más de 37.000 los niños que han sido escolarizados, tratando de superar una gran barrera: el idioma.

Una crisis sanitaria sin precedentes

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados avisa de que la salud mental de los ucranianos se resiente tras un largo y complicado año de guerra, y se calcula que la mitad de los ucranianos necesitarán apoyo psicosocial de cara al futuro.

Tal y como informa ACNUR, el verdadero reto está en atender los problemas psicológicos de los ucranianos, acentuados por la violencia, la incertidumbre y el miedo que han sufrido durante 365 días. Además, hay centenas de centros sanitarios destruidos o dañados, hospitales minados e, incluso, muchas ambulancias afectadas.

No obstante, lo más inmediato es la atención sanitaria en el oeste, colapsada por los enfermos crónicos y los heridos que huyen del este.

Zonas devastadas y pueblos fantasma

La guerra en Ucrania ha dejado decenas de ciudades arrasadas por los ataques aéreos y los combates en tierra. De hecho, muchas de ellas se han convertido en ciudades fantasma donde sólo sobreviven quienes no tienen ningún otro lugar al que huir.

Una de ellas se encuentra en el distrito de Saltivka de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, que llegó a contar con más de medio millón de habitantes en sus grandes bloques de viviendas de construcción soviética. Actualmente, estos mismos edificios están en ruinas, incendiados o vacíos.

Mala Tokmachka es otro de los pueblos devastados, ubicado en la región de Zaporiyia. Tal y como cuenta el diario El País en un reportaje, publicado en 2022, en esta localidad no queda nadie que trabaje la tierra, atienda los negocios, ni limpie los escombros.

Situación muy similar a la de Popasna, localizado en Lugansk, que actualmente está completamente deshabitado.

¿Por qué hay tantos países europeos involucrados en la guerra actual en Ucrania?

Para responder a este interrogante, cabe ahondar en la geografía política del continente. La influencia de Rusia en los conflictos internos de las antiguas repúblicas soviéticas o la expansión de la OTAN hacia el este, son algunas de las situaciones a las que se ha aludido de un lado y otro mientras la tensión escalaba sin cesar en el este de Europa.

En diciembre de 1991, gobernantes de once de las quince repúblicas soviéticas se reunieron en Alma Atá (Kazajistán) y firmaron la disolución de la Unión Soviética. En su lugar surgió la Comunidad de Estados Independientes (CEI), integrada por Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, junto con dos de los países del Cáucaso (Azerbaiyán y Armenia) y cinco de Asia Central (Kazajistán, Kirgüistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán).

Estonia, Letonia y Lituania, por su parte, no firmaron el tratado y hoy forman parte de la Unión Europea, mientras que Georgia se incorporó en 1993 tras la llegada al poder después de una guerra civil de Eduard Shevardnadze, quien fue ministro de Asuntos Exteriores durante la época soviética.

Turkmenistán salió de la CEI en 2005, Georgia en 2009 y Ucrania, que ya había reducido su participación desde 2014, anunció su salida en 2018. Actualmente, estos países tampoco forman parte de otras alianzas de la región, como la Organización para el Tratado de la Seguridad Colectiva (creada en 1991) y la Unión Económica Euroasiática (2015), la más reciente.