En una intervención televisada desde Gaza, pidió a los países árabes y musulmanes unirse a un "día de la ira y de alineación pública" contra lo que calificó como "violaciones" por parte de Israel contra la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam.
Haniye se dirigió a Israel y le instó a parar "estas violaciones que encienden el fuego en la zona". "Detente, estás poniendo fuego sobre fuego y tu agresión no continuará. Ni tu agresión, ni tu arrogancia", declaró. "Nuestro pueblo palestino con todo su poderío y su cabeza no te permitirá aprobar tus planes para la mezquita de Al Aqsa", añadió.
Tras el ataque del pasado día 14 a la entrada de la Explanada de las Mezquitas, el que murieron dos policías israelíes de la minoría drusa y sus tres agresores, árabe israelíes, Israel impuso nuevas medidas de seguridad en la Ciudad Vieja que incluyen la instalación de detectores de metal en los accesos al recinto sagrado. El complejo, situado en Jerusalén Este (ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967), alberga la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca y es el tercer lugar santo para el islam, mientras que para el judaísmo se trata del primer lugar sagrado y es conocido como Monte del Templo, a cuyos pies se encuentra el Muro de las Lamentaciones.
Los palestinos se han negado a traspasar los arcos electrónicos y exigen a Israel que los retire y han convocado una jornada de protestas mañana, viernes, después de una tensa semana de concentraciones y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Israel ha puesto cinco batallones del Ejército en alerta por si fuera necesario destacarlos en la ciudad. El máximo dirigente de Hamás dijo que la mezquita de Al Aqsa y Jerusalén son "líneas rojas" y destacó que la política de clausura del viernes y sábado, que se impuso tras el ataque, es "la imposición de las medidas punitivas sobre los jerosolimitanos y los lugares sagrados".