En la localidad de Stourbridge, en Reino Unido, donde una pareja de jubilados se compró una casa. La vivienda estaba llena de trastos viejos, algunos muebles, cacharros y, entre tantas cosas, heredaron también una colección de artículos y muñecos de Star Wars del vecino.
El matrimonio, que no era especialmente seguidor de las películas de esta saga, lo guardó todo en el trastero, en un "lado oscuro" mientras decidía si tiraba o no aquellos objetos, que algunos estaban húmedos por el paso del tiempo.
Fue el hijo de la pareja quien pensó en llamar a un tasador antes de deshacerse de la colección para ver si aquello tenía algún otro valor que no fuera solo el sentimental para el anterior propietario. Y menos mal porque resultó ser (como el Episodio IV, una nueva esperanza) un tesoro cuidado durante décadas que ha llegado a alcanzar en una subasta más de 450.000 euros.