Algunos eurodiputados consideran que tener en el Parlamento Europeo a la hija de un pez gordo del Kremlin supone una brecha de seguridad porque podría tener acceso a documentos o reuniones confidenciales y filtrarselas a Moscú.
Aymeric Chauprade defiende que su becaria no contraviene ninguna norma y que en la UE hay racismo y rusofobia.