Luc Boisnard, de 53 años, ha participado en una expedición que ha retirado del Makalu, la quinta cumbre más alta del mundo, y del Annapurna, la décima, 3,7 millones de toneladas de residuos. Asegura que el Himalaya es "un auténtico vertedero" con algunas laderas que parecen "gigantescos cubos de basura". "Detrás de cada roca encuentras montones de botellas de oxígeno, lastas, lonas y zapatos. Es realmente espantoso", añade Boisnard.
El alpinista francés fundó el Himalayan Clean-Up tras unirse a una expedición que retiró alrededor de una tonelada de residuos del Everest en 2010. Cuenta además, que los escaladores no sólo dejan basura en la ladera de la montaña, sino que a menudo "la arrojan a los glaciares del Himalaya, de donde volverán a salir dentro de 200 años". Boisnard subió al Makalu con diez sherpas, dos especialistas nepaleses en altitud y cinco cocineros para recoger los residuos de los que el 45% eran plástico.
Depósito de basura
Desde que Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzaran por primera vez la cima del Everest hace siete décadas, la basura en el Everest no ha dejado de acumularse. Ante el aumento de los montones de residuos hacinados, las autoridades nepalíes introdujeron en 2014 una ley que obliga a los escaladores a dejar lo denominado como "depósito de basura" antes de comenzar las ascensiones. La tasa es de 4.000 dólares para el Everest y de 3.000 para otras cumbres de más de 8.000 metros. Esta fianza se devuelve si los alpinistas bajan con los 8 kg de residuos que se calcula que cada uno produce de media. Pese a que la iniciativa es buena, los críticos afirman que el plan no se aplica con eficacia y que no ha conseguido solventar el problema.
Hay varios proyectos más en marcha, como el de Nirmal Purja, un alpinista nepalí que protagonizó el documental de Netflix 14 Peaks. Gracias a su proyecto "Big Mountain Clean-up" él y su equipo retiraron hace dos años 500 kg de residuos del Manaslu, la octava montaña más alta del mundo.
Escaladores ricos, pero ineptos
Según los observadores, que la basura se acumule es un efecto inevitable debido al auge de popularidad que ha obtenido el Himalaya y otros picos. En la primavera de 2022 unas 700 personas habían subido ya al Himalaya y en un sólo día de verano 145 escaladores ascendieron al K2 provocando hasta un "atasco".
La primera mujer india que escaló el Everest, Bachendri Pal, considera que el Everest cada vez tiene un carácter más comercial con un número creciente de "escaladores ricos, pero ineptos". Denuncia que hay una "masificación de montañeros que tienen dinero para comprar un sistema de apoyo, pero carecen de la intención de la formación y experiencia adecuadas".