Richard Angell, es un hombre que se encontraba el sábado por la noche en un restaurante cenando cuando todo cambió debido al doble atentado terrorista de Londres. Una furgoneta arrolló a gente a lo largo del Puente de Londres y más tarde, tres hombres se bajaron del vehículo y atacaron con cuchillos a la gente que había por el Borough Market.
Angell, director del laboratorio de ideas 'Progress', estaba sentado en un restaurante cuando los agentes de Policía pidieron a la gente que se metiera dentro del local y que bloqueasen las puertas, lo que llevó a que la gente entrara en pánico y se sembrara el caos entre las decenas de comensales que trataban de ponerse a salvo.
Sin embargo, la "notable" actuación del equipo del restaurante es lo que Angell quiere resaltar, pues pese a vivir un momento de caos, trataron de hacer todo lo posible por normalizar la situación y calmar a los comensales. "Estábamos sentados en la mesa más cercana a la puerta. El personal de seguridad de fuera decía 'cerrad la puerta" y "ocultaros", cuenta el hombre, que señala que "un camarero, que probablemente no cobraba mucho, se puso junto a la puerta y puso su pie detrás para bloquearla", cuenta a medio Independent.
Mientras todo el mundo entraba en pánico, Angell y una pareja de amigos trataban de calmar el ambiente. "Tratábamos de descubrir qué estaba pasando, haciendo que la gente dejara de hacerse daño los unos a los otros porque estaban escalando para escapar".
Según relata Angell, el camarero cerró la puerta del restaurante pese a que estaba poniendo su vida en peligro y lo hizo porque "le importaban las nuestras", dice. Por ello, Angell explica que volverá a aquel bar "no solo a pagar la cuenta, sino también a darle propina doble", asegura.
Un día siguiente, Angell regresó al lugar de los hechos para pagar la propina y aseguró que "esa gente no debería ganar. Es la mejor ciudad del mundo y Borough Market es uno de mis rincones favoritos. No voy a dejar que esta barbaridad asuste a la gente", dice.