"La lógica de veto o muerte es contraria a nuestro interés nacional. Como dijo el primer ministro húngaro Viktor Orbán ayer, estamos a un centímetro de la solución: una Polonia soberana y una Europa común", ha tuiteado esta mañana el viceprimer ministro polaco, Jaroslaw Gowin, en su cuenta personal.
Esta solución, según Gowin, permitiría garantizar los "derechos independientes de Polonia" y usar cientos de miles de millones de euros en fondos de la Unión Europea.
Hungría y Polonia han mantenido vetado hasta el momento el presupuesto comunitario para 2021-2027, a la vez que los fondos destinados a la recuperación tras la crisis del COVID, que en total movilizarán 1,8 billones de euros. El rechazo lo provocaba el mecanismo que condiciona que el reparto de dinero esté vinculado al respeto del Estado de derecho. Ambos países han sido expedientados por Bruselas por sus problemas con la independencia judicial, la libertad de prensa o el respeto a las minorías.
El ministro alemán para Europa, Michael Roth, cuyo país preside este semestre el Consejo de la UE, aseguró el martes que había conversaciones entre bastidores con Budapest y Varsovia y que esperaban encontrar una solución en las "próximas horas o días". "En lo que respecta a la presidencia alemana y los gobiernos de Polonia y Hungría, tenemos un esquema de tal acuerdo, ahora depende de Holanda aceptarlo", ha dicho hoy el eurodiputado Adam Bielan, del partido Ley y Justicia (PiS), que está al frente del ejecutivo polaco.
Los Países Bajos, como el resto de países frugales - Dinamarca, Suecia y Austria - son también de los más férreos defensores de condicionar las ayudas al Estado de derecho, aunque todos los países de la UE se han mostrado firmes en su rechazo a modificar este mecanismo como pedían Budapest y Varsovia. El acuerdo para desbloquear el plan estaría prácticamente finalizado a falta de la confirmación definitiva de Polonia y Hungría, en vísperas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra mañana y pasado en Bruselas.
Si no se levantase el veto, no podría entrar en vigor el presupuesto plurianual 2021-2027 y, en consecuencia, tampoco las cuentas de 2021, lo que conllevaría importantes retrasos y recortes en los pagos a los beneficiarios de fondos europeos. Tampoco podría activarse el fondo de recuperación, aunque la Comisión estudia desde hace días el modo de ponerlo en marcha sin Polonia y Hungría para que las ayudas que urgen por la pandemia lleguen al resto de socios mientras se encuentra una solución al veto.