Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense, Joe Biden, ha sido imputado de tres cargos relacionados con la compra y posesión de armas, que es ilegal cuando se trata de una persona con adicciones. El acta de imputación está firmada por David Weiss, el fiscal federal de Delaware, que a mediados de agosto fue nombrado fiscal especial al frente de esas pesquisas por el secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland.
Dos cargos están vinculados a que Biden completó un formulario que indicaba que no estaba usando drogas ilegales en el momento de la compra un revólver Colt Cobra en octubre de 2018. El tercer cargo alega que poseía un arma de fuego mientras usaba un narcótico. La acusación aeñala que Biden certificó en un formulario exigido por el gobierno federal "que no era un usuario ilegal ni adicto a ningún estimulante, narcótico ni ninguna otra sustancia controlada, cuando en realidad, como él sabía, esa declaración era falsa y ficticia".
Dos de los cargos conllevan una pena máxima de prisión de 10 años, mientras que el tercero tiene una pena máxima de cinco años.
La histórica acusación contra el hijo de un presidente en ejercicio se produce después de que fracasara un acuerdo de culpabilidad que podría haber puesto fin a una investigación de años sobre Hunter Biden y justo cuando los republicanos de la Cámara de Representantes lanzaron una investigación de juicio político en un esfuerzo por obtener registros bancarios y otros documentos de el presidente y su hijo.