M.P.
Madrid | 09.09.2022 13:27
La reina Isabel II falleció este jueves a los 96 años en el Castillo de Balmoral (Escocia) rodeada por los miembros de su familia que acudieron a permanecer con ella en sus últimos momentos.
La última imagen de la monarca se produjo el pasado martes día 6 cuando recibió a Liz Truss, tras su elección como primera ministra británica tras la dimisión de Boris Johnson. Esa fue la primera señal de alarma, ya que la reina no recibió a la primera ministra en el Palacio de Buckingham como se venía haciendo tradicionalmente. Su imposibilidad para desplazarse hasta allí hizo que la Casa Real tuviera que pedir a la recién elegida ministra que acudiera al Castillo de Balmoral para su audiencia con la monarca.
La segunda señal de alarma se produjo después de ver las instantáneas publicadas por la Casa Real en las que se veía a una Isabel II bastante delicada de salud, muy delgada, apoyada en un bastón y con un gran moratón en su mano derecha.
¿Qué le pasaba a la reina en su mano? Varios expertos han aventurado que podría tratarse de un cardenal provocado por una vía, por un golpe o una señal de envejecimiento. Según explica a Infobae el doctor Luis Cámera, médico clínico y gerontólogo, "estos son cambios en la piel que tiene que ver con el fenómeno del envejecimiento, donde los pequeños capilares se van fragmentando a niveles subdérmicos, y al fragmentarse sangran un poco. Al sangrar necesitan que un sistema de células macrofágicas, que metabolicen la sangre que salga pudiésemos así como que la comen y después de aproximadamente un mes, los colores son exactamente normales".
Otras fuentes apuntan a que se trataría de una señal de los cuidados médicos a los que estaba siendo sometida la reina en sus últimos días, por ejemplo, al ponerle una vía para suministrarle algún medicamento de manera intravenosa. El motivo del moratón sería que la gente mayor tiene mayor fragilidad capilar, lo que hace que los vasos sanguíneos se rompan más fácilmente formando un cardenal.