Las llamas del incendio originado en los arrabales de Funchal, la capital del archipiélago portugués de Madeira, están avanzando hacia el centro histórico de la ciudad, según informaron las autoridades locales.
El fuego se ha propagado rápidamente en las últimas horas por el efecto del viento y del calor, hasta aproximarse ya a zonas del centro, a la histórica Baixa de Funchal, como la iglesia de Sao Pedro.
El Gobierno regional de Madeira y el Ayuntamiento de Funchal esperan recibir en las próximas horas refuerzos procedentes de Lisboa, de donde partirá esta misma noche un avión militar con decenas de efectivos para ayudar a sofocar las llamas, según ha anunciado el primer ministro luso, António Costa.
Aunque aún no hay un registro de víctimas graves, sí se han tenido que evacuar a centenas de vecinos de sus casas y de dos hospitales, y numerosos habitantes han precisado asistencia médica por la inhalación de humos tóxicos.
Funchal, con unos 120.000 habitantes y de la que es natural el futbolista Cristiano Ronaldo, es una ciudad con una orografía muy escarpada que dificulta las labores de extinción.
La capital de Madeira, que fue arrasada en 2010 por las inundaciones, acoge en esta época a miles de turistas. El aeropuerto de ciudad, uno de los más transitados de Portugal, llegó a cancelar varios vuelos debido al fuerte viento que aviva las llamas y también se cortaron varias cortadas carreteras.
La Policía Judicial (PJ) de Portugal anunció la detención de un pirómano relacionado con unos de los focos del incendio que tienen sitiada a Funchal, un joven de 24 años del que se sospecha que avivó un fuego en un bosque de Funchal.
Además del de Funchal, la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC) informó, al comienzo de esta noche, de que continúan activos ocho grandes incendios, todos ellos en el centro-norte del país.
Con un área forestal de unos tres millones de hectáreas, Portugal fue considerado el Estado de la Unión Europea (UE) más castigado por las llamas entre 2000 y 2010, con una superficie media quemada superior a la de países mucho mayores, como España.
Además de las altas temperaturas y el viento, la plantación de especies de árboles como los inflamables eucaliptos han contribuido a que las llamas se propaguen con más voracidad.
La acción delictiva del hombre, sobre todo de pirómanos, es otro de los factores de peso para la proliferación de incendios. En lo que va de año, la PJ ha detenido hasta a 24 sospechosos de provocar o avivar fuegos en Portugal.