"Consideramos que el presidente ruso Vladímir Putin ordenó una campaña para influir en 2016 en las elecciones presidenciales de Estados Unidos", sostienen en un informe de 25 páginas el FBI, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), principales agencias de inteligencia del país.
"Los objetivos de Rusia eran socavar la fe pública del proceso democrático de Estados Unidos, denigrar a la secretaria Clinton, dañar su posibilidad de ser elegida y su potencial Presidencia. También consideramos que Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por el presidente electo Trump", aseguran las agencias de inteligencia.
Las conclusiones de los servicios de inteligencia contrastan con las declaraciones que hizo Trump, quien rechazó que el resultado de los comicios se haya visto influido por ciberataques. Tras recibir el informe que se hizo público y de reunirse con los titulares de esos servicios de inteligencia, Trump aseguró que, aunque varios países tratan de atacar a EEUU, "no hubo absolutamente ningún efecto en el resultado de las elecciones, incluyendo el hecho de que no hubo alteraciones en las máquinas de votación".
No obstante, con diferentes grados de confianza, las agencias de inteligencia defienden que "Putin y el Gobierno de Rusia aspiraban a ayudar en las elecciones al presidente electo Trump siempre que fuese posible, desacreditando a la secretaria Clinton y comparándola públicamente con él de manera desfavorable".
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el FBI tienen "mucha confianza" en la anterior afirmación, mientras que la certeza de la NSA al respecto es "moderada", según detalla el informe. En su totalidad, el informe confirma lo que las agencias de inteligencia ya anunciaron en octubre, cuando divulgaron sus primeras conclusiones, y reafirma lo que dijeron este jueves los jefes de varios de los principales servicios de inteligencia en una audiencia en el Comité de Servicios Armados del Senado.
El Kremlin ha negado su implicación en esos ciberataques, mientras que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decidió la semana pasada imponer a Rusia duras sanciones diplomáticas y económicas, entre las que destaca la expulsión de 35 diplomáticos rusos por su supuesta implicación en los ataques cibernéti