El Ejército de Israel bombardeó intensamente en la madrugada de este lunes -octavo día de conflicto- la Franja de Gaza, donde el domingo murieron 42 civiles, mientras que las milicias de Hamas y la Yihad Islámica lanzaron sus cohetes contra poblaciones cercanas a la frontera israelí, en tanto que el Consejo de Seguridad de la ONU mostró su incapacidad para emitir un mensaje debido al sólido apoyo de Estados Unidos a las tesis israelíes.
Esta madrugada 54 cazas israelíes atacaron nueve viviendas de altos cargos del movimiento islamista Hamás y 15 kilómetros de red de túneles subterráneos, conocida como "Metro", en la que asegura se esconden los altos mandos de las milicias islamistas, principales objetivos de las ofensivas militares israelíes.
Sin embargo, el conflicto está teniendo un alto coste en la población civil de la superpoblada franja de Gaza, donde hasta el momento han perdido la vida al menos 197 palestinos, incluidos 58 menores y 34 mujeres, y los heridos superan los 1.235, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí.
Entre las filas de los milicianos Israel estima que ha matado a 75 de Hamás y a "docenas" de la Yihad Islámica en sus múltiples ataques.
En el lado de Israel este domingo no hubo fallecidos. Hasta ahora, 10 personas murieron: ocho -entre ellas dos menores- por impactos de cohetes, y dos tras caerse cuando corrían a refugiarse. Casi 300 israelíes resultaron también heridos.
La comunidad internacional pide detener la violencia
El domingo, séptimo día de la peor escalada bélica desde 2014, se vivió un constante intercambio de fuego entre las milicias y el Ejército israelí, sin que en la región trascendieran detalles oficiales de avances hacia una posible tregua que los EE.UU. y otros actores buscan impulsar.
El secretario general de la ONU, António Guterres, subrayó que la prioridad es que se detenga la violencia cuanto antes en la zona. Hady Amr, enviado del presidente de EE.UU., Joe Biden, que busca calmar la situación, tiene previsto entrevistarse hoy con el presidente palestino, Mahmud Abás, que solo gobierna en partes de Cisjordania ocupada.
A ese tablero, se añade que Estados Unidos no tiene contacto directo con el movimiento islamista Hamás, que gobierna en Gaza, al considerarle una organización terrorista.
Mientras las partes diplomáticas buscan vías de salida pacífica en este desigual conflicto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, instó este domingo a seguir con los ataques de represalia contra los grupos islamistas Hamás y Yihad Islámica, que lanzaron más de 3.150 cohetes desde el pasado lunes. De estos, 460 fallaron y cayeron dentro del enclave, y la mayoría que llegaron a territorio israelí fueron interceptados por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, con una efectividad del 90%.
Netanyahu aseguró que Israel exige que Hamás pague "precios muy altos por su intolerable agresión" y advirtió de que la campaña actual "todavía llevará tiempo".
El balance de ocho días de escalada bélica
Durante los últimos ocho días, en Gaza los bombardeos del Ejército israelí "han destruido 76 edificios", unas 725 viviendas "han sufrido daños importantes" y otras 4.134 "daños menores", según datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Escuelas, carreteras y otras infraestructuras también fueron dañadas.
La Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) informó de que más de 38.000 personas se refugiaron en sus escuelas tras evacuar sus hogares por temor a ataques aéreos.
Egipto abrió este fin de semana el paso de Rafah, que conecta Gaza con el Sinaí egipcio, para trasladar a palestinos heridos a sus hospitales en ambulancia, y algunos países europeos intentan evacuar a palestinos con doble nacionalidad que viven en el enclave.