Nuestro corresponsal en Italia, Darío Menos, explica que la pandemia ha entrado en una fase estable y no han aumentado los contagios como se esperaba en las últimas dos semanas cuando se llevaron a cabo las primeras medidas de desescalada, por lo que podría haber sido la razón por la que el gobierno haya abierto la mano y haya quitado algunas medidas.
Pero durante este periodo también ha existido una enorme presión. En algunos medios se ha llegado a decir que “Conte ha tirado la toalla. Lo que no se le puede echar en cara al gobierno son los números que avalan la decisión. No había datos tan bajos desde antes del confinamiento. La pandemia está controlada, la gente está actuando con responsabilidad y lo que dicen es que la apertura está justificada.
Pese a la la restricción de algunas medidas, en las calles de Roma hay prudencia. En zonas céntricas, todos los restaurantes están cerrados porque sus dueños creen que abrirlos no les va a salir a cuenta. El turismo es el 13% del PIB, y mientras no lleguen los turistas internacionales no existe la demanda interna suficiente para que los establecimientos cubran los gastos fijos que conllevan sus negocios, por lo que la persiana sigue echada.
También existen muchas quejas por cómo se han llevado a cabo la restricción de dichas medidas, ya que muchas decisiones se han tomado la madrugada del día antes de su validez, lo que ha provocado que muchos hosteleros no pueden preparar sus locales, al igual que otros establecimientos que dependen del turismo