El Supremo abre un cambio de tendencia del país, por la que los padres mantenían a los hijos indefinidamente hasta que encontrasen un empleo, por lo que se va a pasar "del derecho a cualquier derecho", al "deber". De esta manera pretende evitar que los hijos no abusen de sus derechos y se independicen al terminar la carrera.
Actualmente, un 64,3 % de los jóvenes italianos de entre los 18 y 34 años viven con sus padres o familias, según indica el Instituto oficial de estadística (Istat) del 2019.
De esta manera, el Supremo ha rechazado el recurso de una mujer que había impugnado la decisión del Tribunal de Apelación de revocar la asignación pagada por su ex marido a su hijo de 30 años, un profesor de música que cobra unos 20.000 euros al año. Además, también se revocó la concesión de la casa matrimonial en la que vivía la mujer con el joven. El Supremo sostiene que a pesar de tener unos sueldos precarios, es responsabilidad de los hijos independizarse.