No es la primera vez que Juncker dice que la Troika debe desaparecer, pero nunca con tanta sinceridad. Tanta que incluso se ha llamado a sí mismo “con”: “Moi j’étais le président de l’eurogroup donc j’ai l’air con en fait de dire cela…” Según los diccionarios, “con” quiere decir “gilipollas” como primera acepción, la segunda tonto(a), la tercera “hacer el imbécil” y la cuarta… la cuarta… me la callo.
La frase entera es: “Yo era el presidente del Eurogrupo y parezco “con” al decir esto, pero hay que sacar las lecciones de la historia y no repetir los mismos errores”.Es cierto que Jean Claude puede desconcertar con su franqueza. En el 2003 a Portugal le abrieron expediente por incumplir el pacto de Estabilidad pero Francia y Alemania se libraron un mes después a pesar de incumplir tanto o más que Lisboa. En determinado momento, por casualidad, fui el único periodista que esperaba a la entrada de ese Eurogrupo y tuve ocasión de preguntarle a solas si la verdadera razón por la que iba a votar en ese Ecofin a favor de que París y Berlín se libraran era… que mandaban más que Portugal.
“Claro que si” me dijo, “la UE funciona así ¿no se ha dado cuenta todavía?”. No había ni pizca de ironía en sus palabras. Las grabé. Y ahora no las encuentro en mi caja de viejas casetes de la época. Pero las recuerdo perfectamente. Normalmente un político con su responsabilidad habla con frases más medidas, como el oráculo de Delfos. Pero de vez en cuanto – raro acontecimiento en la vida– alguno habla sin tapujos. Dos citas más de Juncker: “Nosotros decidimos algo, lo presentamos al público y esperamos un poco, a ver lo que pasa. Y si no se levanta un gran revuelo y no hay sublevación porque la mayoría no entiende que es lo que se ha decidido, entonces seguimos, paso a paso, hasta que no haya marcha atrás. ” Fuente: Der SPIEGEL 52/1999 vom 27. Dezember 1999, S. 136, spiegel.de
Y la otra, más clara todavía: “Si la cosa se pone seria, hay que mentir.” Dicho en una conferencia sobre la crisis del euro en abril 2011 en la diputación de Baviera, Fuente: spiegel.deEstas frases tienen tiempo, pero hace solo unos meses, cuando con el escándalo del “Luxleaks” se le acusó de fabricar arquitecturas fiscales opacas para permitir que grandes multinacionales tributen en el Gran Ducado y no en su país de actividad, dijo literalmente: “Es verdad que a veces cuando se trata de la aplicación de diferentes leyes fiscales que a veces son diametralmente opuestas pueden llevar a resultados que no están en línea con los estándares éticos y morales que son generalmente aplicables”.
Ese día vimos y oímos como un Presidente de la Comisión recién llegado al cargo admite en público que es capaz de gobernar sin importarle si sus decisiones están en línea con los estándares éticos y morales. Barroso nunca llegó a tanto grado de reconocimiento. Era más previsible. En el 2006 se montó un pequeño barullo cuando la Comisión Europea lanzó una campaña sobre el cambio climático porque se aconsejaba a los ciudadanos prácticas de consumo responsable para reducir la contaminación y Durao tenía un todo terreno nuevecito en casa.
Un día presentó el plan en sala de prensa y cuando me dieron la vez en el turno de preguntas le dije si no era lógico que se aplicara él el primero las prédicas de consumo responsable y vendiera su cuatro por cuatro. Nervioso me respondió: “siempre he defendido que hay que diferenciar el comportamiento privado de la actividad política”. Juncker habría simplemente admitido que “a veces los resultados no están en línea con los estándares éticos y morales”.
Hay que reconocer que con cada Presidente de la Comisión rompen el molde. Pero todos tienen sus ataques de sinceridad “con”. Romano Prodi dijo aquello de que el Pacto de Estabilidad era estúpido. A Pedro Solbes ya le estaba costando lo suyo conseguir que Francia y Alemania no escaparan a las consecuencias de su incumplimiento (”Pacto de estabilidad, sí, pero también de crecimiento” repetía Alemania entonces ) y va tu jefe y suelta que el Pacto de Estabilidad es estúpido. Así no hay manera. Y eso que la Comisión es la guardiana de los tratados. En el 2011, cuando ya no era Presidente de la Comisión le hice una entreviste y defendió aquella “boutade”. (Leer entrevista aquí).
Pero las boutades de los otros presidentes nunca tuvieron el sentido del humor un poco “con” de Jean Claude Juncker. Siendo todavía Primer Ministro de Luxemburgo, le comentó al entonces líder chino Hu Jintao: «Usted y yo, juntos, representamos a más de mil millones de personas».