Quince meses después de que Putin decidiera invadir Ucrania, los mercenarios del grupo Wagner -el ejército privado que ha sido clave para el avance de las tropas rusas en el país vecino- reconocen que no se ha cumplido su objetivo.
El jefe del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, asegura que la guerra está siendo un fracaso y que la desmilitarización que propuso Putin no ha funcionado, pues Kiev tiene más armas que nunca gracias al apoyo occidental.
En una entrevista, desmintió al Kremlin en su versión sobre la contienda y reconoció que 10.000 presidiarios rusos reclutados por su grupo murieron en la batalla por el control de Bajmut. En total, Prigozhin dijo haber perdido en total unos 15.000-16.000 hombres en esa ciudad de la región de Donetsk.
Rusia advierte que responderá con dureza
También se ha mostrado intranquilo el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, que ha advertido a Ucrania que responderá con celeridad y suma dureza ante nuevas incursiones fronterizas como la perpetrada el lunes por grupos ucranianos.
Según fuentes de derechos humanos, el Ministerio de Defensa ruso está reclutando en las cárceles para completar nuevas compañías militares privadas más fáciles de controlar que Wagner.
Las autoridades rusas reconocen sólo 5.937 caídos en el campo de batalla ucraniana, aunque fuentes independientes estiman los rusos muertos en más de 22.000 y los ucranianos hablan de unas 200.000 bajas, entre muertos, heridos y mutilados.