Rivas apareció en el tribunal a las 12.00 horas locales (10.00 GMT) para participar en esta vista, la última de un proceso que comenzó en noviembre de 2017 y que fallará quien de los dos progenitores debe cuidar a los dos menores, de 4 y 12 años. Rivas afirmó que se encontraba "bien" y "con ánimo" y dijo que no perdía la esperanza de que la jueza que lleva este proceso, Maria Grazia Cabitza, le conceda la custodia exclusiva de los niños.
Su expareja, Arcuri, llegó al tribunal una hora antes y no hizo declaraciones. La jueza Cabitza autorizó a los medios audiovisuales entrar en el edificio y permanecer frente a la sala de la vista, a pesar de que Arcuri y su abogado, el italiano Serlapo Bardi, solicitaron que no fuera posible.
La magistrada, sin embargo, atendió la petición de Arcuri para celebrar la vista a puerta cerrada, a pesar de que iba a ser abierta al público, por "una cuestión de privacidad cuando hay menores involucrados". Los niños viven con su padre en el municipio de Carloforte, en la isla de San Pietro, al sur de Cerdeña, desde agosto de 2017, cuando Rivas acató la orden judicial en España que la obligaba a entregarlos a Arcuri, tras permanecer casi un mes en paradero desconocido.
Rivas y su letrada en Italia, María Eugenia Álvarez, pedirán al juez la "custodia exclusiva" para que los niños vivan con la madre en España. Juana Rivas espera que la Justicia italiana falle a su favor y le conceda el cuidado de los pequeños pero, si no es así, ha afirmado que seguirá luchando y recurriendo en todas las instancias necesarias.
El proceso que se celebra en Italia se desarrolla de manera independiente aunque paralela de la vía penal española, que ha condenado a Rivas a cinco años de cárcel y a seis de retirada de para la patria potestad de sus dos hijos por dos delitos de sustracción de menores. Rivas, que también ha sido condenada en España a indemnizar a Arcuri con 30.000 euros y a pagar las costas procesales, denunció en 2016 a su expareja, que ya fue condenado en España en 2009 por maltrato.