Los registros han comenzado a primera hora de la mañana dentro de la investigación abierta en diciembre por engaño agravado y en ellos participan gendarmes, magistrados y agentes de los servicios antifraude para arrojar luz sobre el proceso de fabricación de las leches infantiles y detectar el error que ha llevado a la contaminación de 37 bebés por salmonela en Francia y uno en España.
Según fuentes judiciales, se trata de análisis técnicos, informáticos y búsqueda de documentación en la sede de Lactalis y la planta donde se localizó el foco de contaminación, pero también en otros tres locales, entre ellos, el almacén exportador de sus productos.
La compañía ha asegurado que pone todo a disposición de las autoridades para esclarecer un escándalo que saltó en diciembre al vincular varios casos de salmonela en bebés con el consumo de leche en polvo de este gigante francés y que se ha agravado en las últimas semanas al conocerse que, pese a las órdenes de retirada, los lotes contaminados han seguido comercializándose obligando así al Gobierno a tomar las riendas y proceder a la retirada del mercado de toda la producción procedente de la fábrica contaminada.
El Ejecutivo, que acusa a la empresa de falta de transparencia, ha prometido reforzar los controles en el sector agroalimentario.